UN EQUIPO. UNA HISTORIA.
Inicio y evolución.
El Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica de Benavente (EOEP) inicia su andadura en el curso 1985-86. Estaba integrado por un psicólogo y una pedagoga y surge como Servicio de Orientación Escolar y Vocacional (SOEV), al amparo de la Ley de 1970 que enunció el derecho de los alumnos a la orientación y mediante la Orden de 30 de abril de 1977 por la que se crean los Servicios de Orientación Escolar y Vocacional.
Por estas fechas existían sólo otros dos equipos en la provincia ubicados en Zamora ciudad: un Servicio de Orientación Escolar y Vocacional (SOEV) y un Equipo Multiprofesional.
Su creación como equipo o servicio de orientación educativa no dejó de ser singular: se asignan dos profesionales a un servicio con unas funciones y un modelo de intervención poco definidos, con un ámbito sectorial que se extendía desde la zona de Villalpando hasta Sanabria y con una dotación presupuestaria inexistente.
Un piso alquilado por el Ayuntamiento, sin calefacción, y como único mobiliario un par de mesas y algunas sillas prestadas por el CEP (Centro de Profesores) y el colegio Comarcal “Los Salados”, servía de continente a tanta indefinición; indefinición que de algún modo debíamos proyectar también los integrantes de tan genuino servicio a juzgar por el nombre con que nos designaban algunos profesores: “el equipo A”, en alusión a una conocida serie de televisión de aquel entonces.
A inicios del año 1990 se dota al equipo de un nuevo perfil profesional, el de Trabajador Social, actualmente y desde 1993 denominado Profesor Técnico de Servicios a la Comunidad.
Lo de la sectorización ha sido otro cantar. Con la creación posterior de nuevos equipos en Villalpando y Puebla de Sanabria, el ámbito de intervención del EOEP de Benavente se redujo considerablemente. Sin embargo, distintas órdenes (Orden de 7 de septiembre de 1994 y Orden EDU/746/2016, de 19 de agosto) han modificado la sectorización de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica y han conseguido que, a la fecha, nuestro ámbito de intervención vuelva a ser el mismo que en sus orígenes. Tanto el EOEP de Villalpando, primero, como el EOEP de Puebla de Sanabria, muy recientemente, se incorporaron como subsedes a nuestro EOEP, convirtiéndose Benavente en su sede central. También, fruto de esta reorganización, nuestro EOEP comienza a atender a un nuevo centro, el CRA de Tábara, de modo que nos hacemos cargo de la orientación educativa en la práctica totalidad de la zona norte de la provincia de Zamora.
Desde otro punto de vista, la abundante documentación generada por la antigua Dirección General de Renovación Pedagógica, junto a la normativa derivada del desarrollo de la LOGSE contribuyeron de forma decisiva a la configuración de la estructura y funciones del equipo, al tiempo que se avanza de un modelo clínico o semiclínico de intervención a un modelo más educativo, más sensible a los contextos de aprendizaje y más proclive a la colaboración entre iguales. La normativa posterior, tanto de ámbito estatal como la más reciente de la Junta de Castilla y León, fueron progresivamente clarificando las funciones y el contexto de trabajo.
Un equipo de paso.
Siempre ha sido nuestro equipo un equipo “de paso”. Desde su creación hasta la fecha actual (curso 2013-2014) han pasado por él 46 profesionales, unos pocos con voluntad de permanencia y la mayoría con expectativas orientadas hacia puestos de trabajo en Equipos o Departamentos de Orientación ubicados en las capitales de provincia. Ha sido precisamente esta característica una de las señas de identidad del equipo, que ha influido notablemente en su evolución y que nos ha obligado a definir estructuras de funcionamiento que dieran estabilidad y continuidad a la línea de trabajo, a la vez que se mostrara permeable a la frescura de los saberes y formas de hacer de los sucesivos profesionales que se han ido incorporando a lo largo del tiempo.
Crear identidad de equipo.
Esa ha sido una de las tareas permanentes. Identidad y sentido de equipo para dotar de estabilidad y coherencia a la forma de desarrollar nuestro trabajo y para facilitar la acogida de los profesionales que progresivamente se han ido incorporando. Y en este proceso de “hacer equipo” cabría indicar el desarrollo de medidas organizativas, la concreción progresiva de procedimientos de trabajo o rutinas profesionales propias del equipo y la elaboración de instrumentos y materiales para la intervención.
Señalamos también las acciones dirigidas a consolidar un grupo humano, sensible a las necesidades de cada uno de sus miembros, como estrategia facilitadora de la convivencia, de las relaciones interpersonales y como condición necesaria para el desarrollo profesional. Y, finalmente, hemos de significar lo que sin duda constituye su elemento nuclear: compartir una determinada forma de intervenir profesionalmente.
Modelo de Intervención.
En esta tarea de configurar y concretar una forma de entender y practicar la orientación ha jugado un papel importante las múltiples sesiones dedicadas a analizar, evaluar e instrumentalizar nuestro modelo de intervención; análisis que han situado nuestras propias prácticas, con sus aciertos, errores e incertidumbres, como objeto de estudio y aprendizaje profesional. Y ello a la luz del modelo de asesoramiento colaborativo que comporta clarificar qué hacemos, cómo lo hacemos y qué actitudes presiden nuestras actuaciones. En definitiva, una forma de relacionarnos con el conocimiento, de intervenir y de entender las relaciones humanas.
Aprender mientras se intenta ayudar.
Corresponde a los usuarios de nuestros servicios, a los padres, profesores y alumnos, juzgar acerca de la idoneidad del trabajo desarrollado a lo largo de estas casi tres décadas de andadura, del grado en que hayamos sido capaces de acertar a ayudar a los que ayudan siempre. En cualquier caso, sí queremos manifestar nuestra gratitud y respeto a este oficio, nuestro orgullo y satisfacción por ejercer y haber ejercido una profesión tan apasionante como compleja que nos ha permitido y nos permite cada día disfrutar del placer de aprender mientras intentamos ayudar. Valga la cita de Nélida García Márquez para mostrar el atractivo que encierra esta profesión: “no hay mayor gratificación en el asesoramiento que el ayudar a pensar, a actuar según lo que se piensa y a pensar según lo que se hace, mientras se hace”.